24 de febrero 2016, Acapulco, Guerrero.- Mónica Puig es una de las dos latinas que continúan en competencia en el Abierto Mexicano. Como parte de esta comunidad, al ser puertorriqueña, se considera una persona que lleva el fuego por dentro, una energía especial que la hace luchar por alcanzar sus metas.
A Puig le gusta ser coqueta, amable, sociable, regala una sonrisa por donde quiera que va.
“Soy bastante extrovertida, me gusta socializar, fuera de la cancha soy muy amable, creo yo, me gusta vestirme lindo, hablar con la gente, pero de repente es como un switch, cuando entras en la cancha te conviertes en esta leona, en guerrera, es ese fuego latino que empieza a salir y eres otra persona, pero cuando sales cambia de nuevo el switch y eres como muy calmada, no sé cómo lo hago, pero sé que lo tengo y lo voy alternando”.
Mónica reconoce que no todos los días despierta con el ánimo a tope, pero eso no le impide salir de la cama y dirigirse a entrenar, porque su esfuerzo se reflejará en los resultados. “Este año he tenido un buen arranque y no me lo esperaba, entonces cuando recuerdo esos momentos de triunfos, la sensación de llegar a una final, de que estás tan cerca de alcanzar tus metas, la oportunidad de llegar a tus primeros Juegos Olímpicos es algo que empieza a trabajar dentro de ti para darte energía, porque no voy a decir que todos los días me levanto y digo, ‘sí vamos a la cancha’, pero tengo mis metas y pienso tengo que trabajar por esto, así que no me voy a quedar en la cama, aunque sea un poquito de tiempo, voy a darlo todo en ese poco porque un día perdido es algo que nunca vas a tener otra vez”, dice convencida.
Cuando Puig habla de un buen inicio se refiere a haber llegado a la final del torneo de Sydney y a la tercera ronda en el Abierto de Australia. En Acapulco el año pasado alcanzó los cuartos de final y esta noche jugará contra la belga Yanina Wickmayer en busca de igualar esa actuación.
Mónica Puig, una chica que prefiere los tenis a los tacones altos, “porque me duelen los pies con los tacones, después de un tiempo ya me los quito y empiezo a caminar descalza por ahí”.
Mientras tanto trata de ir cumpliendo las metas que se planteó a corto plazo, “me falta todavía mucho por lograr, soy muy dura conmigo misma porque sé el potencial que tengo y lo que puedo hacer y no voy a estar satisfecha hasta lograrlo, sé que me queda mucho tenis por delante y una carrera larga y linda”.
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