Acapulco, Gro., 24 de febrero.- Si Frances Tiafoe pudiera cambiar algo en el mundo sería dejar atrás los enfrentamientos entre países. Que hubiera paz mundial. Se define a sí mismo como un tipo carismático, amable, humilde y agradable. Es el diamante más valioso para su padre, del mismo nombre, quien hace años trabajó en una mina de estas piedras preciosas en Sierra Leona.
Tiafoe se pasea por las instalaciones del Abierto Mexicano de Tenis Telcel, presentado por HSBC, totalmente relajado. Los aficionados que lo reconocen le piden una foto. Él se las regala sin dudarlo; posa feliz y continúa su camino. Le sonríe a todos y abraza a sus conocidos. En definitiva tiene un gran carisma. Le gusta este torneo porque ofrece muchas facilidades a los jugadores “tienes todo al alcance y el público es muy cálido”.
Disfruta mucho el contacto con sus fans, a los cuales le gusta brindarles las mejores actuaciones y escandalosas celebraciones cuando gana puntos increíbles. En ese público incluye a su familia, que es su principal apoyo
Esta joya estadounidense, ubicado en el sitio 29 de la clasificación ATP, sabe que todavía tiene mucho por dar. Este año su meta es colocarse en el top 15, o top 20 del ranking. En el Abierto Mexicano de Tenis Telcel, presentado por HSBC, debuta en este certamen contra el australiano Jordan Thompson (68-ATP).
Aunque admite que puede considerarse el mayor de los diamantes para su familia, dice que no ha obtenido todo su brillo. “La verdad es que nunca pensé que llegaría hasta donde estoy, puede decirse que soy su mayor diamante, para mí es muy especial poder ayudar a mi familia”, expresa Frances.
Considera que el comienzo en este torneo será complicado, aunque espera hacer un gran tenis, sobre todo después de su gran actuación en el Abierto de Australia, en el que alcanzó los cuartos de final, instancia en la que perdió con Rafael Nadal.
“Tuve unas semanas increíbles y hoy me siento muy feliz de jugar en un gran evento de nuevo, enfrentar a grandes oponentes, porque eso eleva mi nivel; creo que ahora van a tratar de jugar mejor contra mí”, admite el joven, ganador de un título (Delray Beach, 2018).
Su gran sueño, como el que casi todos los tenistas, es conquistar un torneo de Grand Slam, ganar el US Open para mí sería increíble”.
Objetivo nada sencillo, por la calidad de todos los jugadores de la nueva generación. “Es duro mantener el buen nivel, pero cuando ves a tus oponentes sabes que debes trabajar día con día para lograrlo. Pero hoy sé que puedo pelear contra grandes jugadores y vencerlos”, dice.
Su peculiar forma de celebrar en la cancha es parte de su personalidad, “definitivamente soy muy ruidoso, un tipo sencillo al que le gusta que las multitudes lo apoyen en la cancha”.
Esta semana desea demostrar a la afición mexicana que puede llegar a estar entre los mejores, que tiene las cualidades para lograrlo y poner de nuevo al tenis estadounidense entre lo más selecto.
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