Del Potro: La Torre que se desmorona y se vuelve a armar/ Del cielo al infierno y vuelta a empezar

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Desde que debutó en 2005 como profesional, debió retirarse en dieciséis ocasiones en medio de un partido (más dos  walk over) por lesiones; además, cuatro operaciones en la muñeca izquierda que lo alejaron de las canchas por 327 días en 2015 y que pusieron en duda su continuidad como tenista.  Pero vuelve. Siempre vuelve.  A fines de ese año la ATP lo premió con el trofeo al “regreso del año” luego de avanzar más de mil puesto para finalizar dentro de los 40 del mundo.

Tras alcanzar cierta estabilidad, comienza la temporada pasada con todo: después de perder la final en Delray Beach logra su primer torneo del año en Acapulco al derrotar la final a Kevin Anderson en sets corridos y llegar al octavo puesto del escalafón. Este resultado lo doto de una confianza extrema que le permite, a los pocos días, ganar su primer Master 1000 de su carrera al ganarle a Federer en el desierto californiano superando las 400 victorias oficiales (Top 80 de los tenistas con más partidos ganados en la historia).

A los pocos meses decide disputar la gira en polvo de ladrillo que culmina con la semifinal de Roland Garros  por segunda vez en su vida (pierde con el Gran Rafa).

Luego de perder la final en Los Cabos ante Fognini alcanza el tres del mundo, su mejor ranking de la historia. Los fantasmas de los dolores en la muñeca vuelven y lo obligan a abandonar los torneos previos al US Open. Eso no le impide realizar un campeonato  casi perfecto y jugar una final de Grand Slam nueve años después (luego perdería con Djokovic). La derrota no importó. Porque, como nunca antes, el N°1 estaba a la vista. La gira asiática y el torneo de Maestros se vendrían con todo…

Hasta que, en la tercera ronda del Master de Shangái, contra Coric, se tropieza, se cae y se fractura la rótula derecha y, como corolario, debió abandonar el resto de la temporada. Y otr vez vuelta a su Tandil natal para estar cerca de sus afectos y ver los partidos del club de sus amores: Boca Juniors.

Cualquier mortal puede pensar que estará diezmado, desmotivado. Todo lo contrario. Porque siempre que volvió, lo hizo a lo grande. Los títulos lo avalan: un US Open, una Copa Davis, dos medallas olímpicas, una final en el Máster de Londres y un Máster 1000. Y, por si fuera poco, es el jugador que más veces derrotó a un N°1 desde que se instaló la clasificación semanal en 1973 (superando a Chang, Tanner y Ferrer). Veintidós  títulos de ATP, repleto de partidos épicos, Del Potro tiene la capacidad de  los grandes. Y la Torre, aunque tiemble, no se caerá. Porque tiene pasta de campeón.

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