RAFA NADAL, UN EXPERTO EN EL ARTE DE LA RECUPERACIÓN

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  • Para Rafael Nadal, la temporada 2019 no terminó como había iniciado.

En enero, después de superar su última ronda de preocupaciones por lesiones, se enfrentó a Novak Djokovic en la final del Australian Open y, ante la incredulidad del mundo entero, parecía impotente cuando Djokovic nulificó por completo el accionar del español con un dominio absoluto de principio a fin.

Nadal no era el Rafael de siempre. Tímido y desconcertado, terminó siendo derrotado por un “escandaloso” 6-3, 6-2 y 6-3.
Diez meses después de esa dolorosa derrota, Nadal volvió a brillar en la Caja Mágica cuando, después de superar otra ronda de preocupaciones por lesiones, terminó una semana de notable tenis y liderazgo al hacerse con el título de la Copa Davis frente al público local en Madrid.

Él y España son campeones nuevamente, tal como lo fueron en 2004, cuando Nadal era un adolescente de pelo largo en busca de oportunidades para ser elegido en los partidos de singles.

Ahora tiene 33 años y regresó al número 1 al final de la temporada, un nuevo récord después de haberlo conseguido 11 años atrás por primera vez.

Es un estilo diferente de jugador en esta etapa: más intención de acortar puntos con su servicio mejorado, excelentes voleas y posición avanzada en la cancha (cuando no está devolviendo el servicio cerca de la pared del fondo). Pero debajo de esta nueva armadura, Rafa sigue siendo el mismo campeón que siempre ha sido: un luchador inagotable cuya actitud es un arma tan grande como su derecha.

“El tipo simplemente me sigue sorprendiendo”, afirma Raúl Zurutuza, director del Abierto Mexicano Telcel presentado por HSBC. “Muchos creyeron que ese motor tan revolucionado con el que juega acabarían pronto con su carrera, pero su entrega en cada partido, el amor por el tenis y el respeto al deporte mismo, son su verdadero impulso. Ni siquiera las lesiones han podido tumbarlo. Y por mucho que le encanta competir, la simplicidad de aceptar lo que no puede controlar realmente lo ha ayudado a seguir jugando”.

Nadal tuvo un caso raro de melancolía esta primavera después de que estalló su tendinitis crónica de rodilla y lo obligó a retirarse durante el BNP Paribas Open en Indian Wells, California.

Su entrenador, Carlos Moyá, dijo que Nadal estaba tan abatido como lo había visto, pero en lugar de tomarse un descanso prolongado, Nadal se abrió paso y salió de la mala racha durante la temporada de arcilla.

Después de derrotar a Djokovic en la definición por el título de Roma, ganó Roland Garros por una absurda duodécima vez. Después de perder una semifinal de Wimbledon ante Federer, Nadal se recuperó nuevamente para ganar un cuarto título del US Open. Lo hizo luchando a través de la fatiga y los acertijos tácticos para apagar a un combatiente y joven Daniil Medvedev en una épica final de cinco sets llena de juego en toda la cancha y defensa extraterrestre.

Después de tomarse un descanso para casarse con su novia de toda la vida, Maria Francisca Perelló, en Mallorca en octubre, Nadal recuperó ímpetu al ganar sus dos últimos partidos de round robin en las Nitto ATP Finals para luego alcanzó la máxima potencia para la Copa Davis en singles y dobles.

Él y Djokovic se dividieron el mayor botín en el tenis masculino en 2019: cada uno ganó dos de los cuatro títulos de Grand Slam. Pero Nadal fue quien terminó en alza, y ahora enfrenta una nueva temporada con un objetivo que hasta hace poco parecía improbable: igualar los 20 títulos Grand Slam de Roger Federer y superarlo eventualmente en el transcurso del año.

Por ahora, Nadal tiene 19, aunque prefiere no discutir la persecución, por respeto a Federer y un deseo de evitar reducir su enfoque.

“No veo cómo no pueda llegar a 20 e incluso 21 o 22”, dijo Zurutuza, testigo de los logros de Nadal desde su primera participación en Acapulco en 2005. “Creo que Rafa sigue siendo el favorito de los franceses hasta que se retire o hasta que no pueda caminar. Hay muchos jugadores pisando fuerte y que amenazan el dominio de Rafa en arcilla, como Dominic Thiem, pero sólo Nadal decidirá cuándo dejará ganar a alguien más en su territorio”.

En el alba de una nueva década, Nadal la ha iniciado imponiendo un récord único: ser el primer jugador en ocupar la posición de No. 1 mundial en tres décadas distintas (2000, 2010 y 2020).

Durante los últimos 10 años, el de Manacor extendió su dominio sobre arcilla y estableció unos números que difícilmente serán superados. Los impresionantes logros de Nadal en la década pasada incluyen 34 coronas sobre tierra, con ocho títulos de Roland Garros y 15 coronas ATP Masters 1000.

En 2010, se convirtió en el primer jugador en completar una gira de tierra perfecta ganando los tres torneos ATP Masters 1000 (Montecarlo, Roma y Madrid) y Roland Garros en la misma temporada. Nadal culminó la década con un balance de 225-23 (91.7%) sobre arcilla y conquistó 34 de los 58 torneos (58.6%) disputados en la superficie.

Pero el éxito de Nadal no se limita a un solo tipo de pista. Junto a la corona de Wimbledon 2010, Nadal también es el jugador más exitoso de la década en el US Open con cuatro títulos (2010, 2013, 2017, 2019). La primera victoria del español en Nueva York le convirtió en el primer hombre en ganar títulos de Grand Slam sobre tierra, hierba y pista dura en una misma temporada.

“Mi objetivo ha sido siempre el mismo: seguir mejorando y sentirme mejor jugador cada año”, reconoció Nadal tras conseguir su primer título en Flushing Meadows. “Ser mejor jugador no significa que vayas a ganar más que antes, porque ganar y perder depende de cada momento y de la confianza”.

Los aficionados también han valorado su capacidad para recuperarse de los momentos más complicados. Las tendinitis de rodillas que apagaron su temporada 2012 tras Wimbledon y un abanico de problemas físicos le permitieron disputar apenas tres torneos en los últimos cinco meses de la temporada 2014. Nadal solamente disputó cinco torneos en la segunda mitad de 2016 debido a una recurrente lesión en su muñeca izquierda, mientras que problemas en su rodilla derecha y en el abdominal afectaron a su temporada 2018 tras el US Open.

El español se mantuvo siempre optimista y logró 48 títulos a lo largo de la década, fortaleciendo su reputación como experto en el arte de la recuperación. En lugar de prestar atención a las voces que ponían en duda su capacidad para mantener físicamente su estilo de juego, Nadal ha vuelto a colocarse en la senda ganadora a través de duro trabajo y fortaleza mental.
“Uno trabaja mentalmente cuando va a pista cada día y no se queja por estar jugando mal, por tener problemas o dolores”, dijo Nadal este año en Roma. “Uno debe tener la actitud correcta, la cara correcta, y no ser negativo por los problemas que suceden. Por eso he tenido siempre la opción de volver”.

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